El ganador del último campeonato del fútbol local siguió lustrando su chapa de campeón en el actual certamen y luego de humillar a su clásico rival en la primera fecha, venció sin complicaciones a Colón en Arroyo Cabral.
El Diario del Centro del País
Desde los primeros minutos se vio a un “Albirrojo” dominando, a su antojo, las acciones de juego. Antes de los 3 minutos, Joel Manzanares ya había complicado a toda la defensa local con sus típicos desbordes que avisaban tempranamente qué equipo sería el protagonista del partido.
Los hinchas cabralenses avistaron un “oasis en el medio del desierto” a los 11’, cuando el experimentado Diego “Catoca” Rivera, teniendo la chance de abrir la defensa rival con un pase hacia la derecha a Theiler que entraba solo, prefirió rematar fuertemente hacia el arco de Fantino, quien apeló a los dos tiempos para controlar el peligroso remate del 10 local.
Sin embargo, ésta fue una de las pocas llegadas del “Rojinegro”. El vistoso juego ticinense hacía que los dirigidos por Conti se vieran limitados a tratar de achicar espacios y entorpecer el circuito futbolístico que proponía y comandaba Gonzalo Bértola.
Entre la elegancia y precisión del 10 visitante y el atrevimiento, velocidad y desparpajo de Waldemar Carranza, los locales sólo atinaban a esperar la oportunidad de concretar una utópica contra que les permitiera abrir el marcador y así observar más tranquilos el “toqueteo” de Atlético Ticino.
A los 17 minutos, Tissera le sacó el gol a Santunionne luego de que el centro-delantero visitante cabeceara con peligrosidad. Dos minutos más tarde, nuevamente Manzanares dejó un “surco” por derecha, le ganó la posición a Cardona y la pateó por arriba del arquero local, pero el palo derecho le impidió al ex-Española festejar un golazo.
Más allá de que la suerte no acompañó al volante derecho de Ticino, en la jugada anterior el conjunto de Vicario manejaba el balón, pero no era muy profundo y esto lo llevó no sólo a irse al descanso con un magro e inmerecido 0 a 0, sino a sufrir un poco más de la cuenta sobre el final de la primera mitad. Es que faltando segundos para el descanso, Theiler encaraba sólo hacia el arco defendido por Fantino, cuando el referí, apoyando en el primer asistente, cobró un offside increíble. El atacante estaba habilitado un metro, como mínimo, y se frustró mucho tras la decisión de Gustavo Villalba.
En el complementó se incrementó el dominio y la superioridad del conjunto ticinense. La maratón de llegadas peligrosas del visitante comenzó a los 2 minutos, cuando Tissera contuvo un preciso remate de Carranza. Luego fueron Bértola y Damiani quienes a través de sendos tiros libres complicaron al local. Antes de los 20 minutos, Lucas Damiani, que jugó de marcador central en remplazo de Savino, avisó nuevamente con un potente tiro libre que de no haber encontrado la resistencia de Tissera, hubiera ingresado por el ángulo superior izquierdo del 1 local.
Un minuto más tarde, llegó la justicia deportiva a la cancha de Colón. Rivera derribó torpemente a Bettiol dentro del área y el árbitro no dudó en pitar penal. Bértola abrió el marcador con un fuerte remate al medio del arco y coronó una actuación personal sobresaliente.
A partir el penal convertido por el 10 albirrojo, Ticino no tuvo inconvenientes de cuidar el resultado y justificarlo con un juego de alto vuelo futbolístico. Manzanares, Damiani y hasta el ex-River Julián López tuvieron las chances de ampliar el marcador. Sin embargo, fue el lateral izquierdo Acosta quien sacó un zurdazo desde casi 25 metros que se clavó en el ángulo para decretar un tranquilizante 2 a 0.
Sobre el final, a los 45 minutos, Navarro corrigió un defectuoso cabezazo de Theiler y decoró las cifras definitivas del marcador, achicando una distancia en el resultado que el juego evidentemente no justificó. Ticino fue mucho para Colón y mereció ganar por más goles.
La figura
Gonzalo Bértola. Abrió el marcador y aportó claridad y buen juego hasta que fue remplazado. Waldemar Carranza fue el mejor socio del creativo ticinense, con atrevimiento y velocidad.
El árbitro
Gustavo Villalba. El cordobés dirigió correctamente, pero no fue ayudado por el primer asistente, que tuvo una tarde para el olvido. Omitió dos offsides (uno para cada equipo) increíbles: Theiler y Carranza fueron los perjudicados por las decisiones del línea.