Foto: Diario La Posta. Empató 1 a 1 ante El Linqueño y se coronó en el “Leonardo Costa”. Tras una formidable campaña, el conjunto de Roberts concluyó con 22 puntos sumados. San Martín de Roberts se coronó campeón del torneo Clausura 2016 de la Liga Amateur de Deportes a lo grande. Es que, anoche, con un buen acompañamiento de su gente, empató ante El Linqueño en el “Leonardo Costa”. Para aplaudir. Los futbolistas dirigidos por Leonardo Benavídez concluyeron la competencia con 22 unidades cosechadas. Entrada la noche, el Albirrojo y el CAEL protagonizaron el partido definitorio del torneo en Primera División. Ambos llegaban con campañas sobresalientes, muchos partidos ganados y excelentes actuaciones. Y, en ese contexto, las dos escuadras arrancaron el encuentro de manera activa, producto del entusiasmo provocado por la definitiva instancia, después de mucho esfuerzo por los entrenamientos, por los viajes y por todo lo que hay que poner para ser los mejores luego de un campeonato casi concluido. Hasta los 10 minutos, como consecuencia del ajetreo, el acomodamiento y las marcas rigurosas, los dos arcos no sufrieron jugadas de peligro. Sin embargo, a los 11, la escuadra visitante llegó con real peligro, tras un tiro de esquina de Benavídez que Lacunza envió por encima del travesaño. La respuesta del conjunto local llegó instantes más tarde, con una gran jugada de Ronzano en compañía de Murguiondo. El volante central de El Linqueño quedó mano a mano con Fernández y quien ganó el duelo fue el “1” de San Martín, que se quedó con el balón. Fue un aviso de que el gol linqueñista estaba por llegar. Después de un centro al segundo palo de Trillo, Coria bajó la pelota de manera formidable y envió el esférico al corazón del área, donde estaba Ivo Costantino, quien empujó el balón al fondo de la red para estampar el 1 a 0 y desatar la locura en la parcialidad anfitriona, que ocupó completamente la capacidad de dos cabeceras. El CAEL conseguía tempranamente el gol que le otorgaba tranquilidad y, hasta ese momento, el campeonato a los futbolistas dirigidos por Andrés Alonso, quien debió dar sus indicaciones desde arriba del techo de los vestuarios. El “León” lo siguió buscando y el sector derecho era el que más participación tenía. Así fue como Coria lanzó un centro que se fue cerrando y, si no hubiera sido por la espectacular reacción del portero Fernández, el Albiazul estiraba la ventaja. San Martín no había entrado en ritmo y no inquietaba en los primeros minutos a la figura de José Duarte, a excepción de un remate de Damián Costantino, que el “1” anfitrión contuvo sin problemas. A partir de los 20 minutos, el encuentro se puso áspero y muy trabado. Se jugaba fuertemente y el peligro en los arcos pasó desapercibido, hasta los 32. Lacunza escapó por el flanco izquierdo y, ante la salida de Duarte, remató fuerte. El arquero del CAEL dio rebote hacia el centro del campo, por donde apareció Damián Costantino y definió muy bien contra el palo izquierdo, para estampar el 1 a 1 y desatar el desahogo de las más de 700 almas que se acercaron desde Roberts para alentar a su equipo. Tras el empate, San Martín controló el juego y la primera mitad culminó igualada. En la segunda parte, el Albiazul salió desesperadamente a buscar el gol que le diera el bicampeonato. Pero los hombres orientados por Leonardo Benavídez se plantaron muy bien en la zona defensiva y no sufrieron sobresaltos. Sólo a los 12 minutos un remate de Sánchez fue tapado muy bien Fernández y, en el rebote, Ivo Costantino mandó el esférico por arriba del travesaño. Cuando parecía que el “León” se ponía en ventaja por el gol que convirtió Matías Badano, el árbitro Funes invalidó todo por una mano del defensor linqueñista. Después de esa maniobra, mientras el conjunto local buscaba el gol que le diera el campeonato, “Sanma” pretendía aprovechar los contraataques que se le presentaban. Lacunza tuvo varias chances para liquidarlo, pero no las pudo concretar. Y el equipo de Alonso, con más que buen fútbol, quiso inquietar la figura de Fernández, que siempre respondió muy bien. El Albirrojo plantó bandera en su campo, se replegó muy bien y esperó que el reloj avanzara. Los minutos corrían rápido para el elenco local y muy lento para la gente visitante. Las dos parcialidades mostraron, mediante cantos, bombos y banderas, la pasión y el nerviosismo con los vivían el encuentro. El pitazo final de Funes se hizo sentir y ahí se desataron la locura, la euforia y la emoción de la gente de Roberts, que, después de siete años, volvió a festejar y consiguió el objetivo por el que venía luchando desde hacía varias temporadas. Lágrimas, abrazos y el saludo con ese grupo de hinchas que se emocionó a la par de los jugadores e hizo sentir el grito sagrado de “¡Dale, campeón!”. La síntesis: El Linqueño 1: J. Duarte, L. Macías, A. Sánchez, M. Badano, E. Ronzano, C. Giménez, G. Del Potro, J. Coria, I. Costantino, A. Murguiondo y G. Trillo. Suplentes: A. Zárate, S. Dalena, S. Lavarra, E. Costantino, L. Ciotti, N. Verón y J. Simón. Director técnico: A. Alonso. San Martín 1: J. Fernández, I. García, L. Gómez, J. González, L. Blázquez, G. Labarthe, F. Lacunza, E. Caliani, M. Benavídez, D. Costantino y S. Posse. Suplentes: M. Méndez, M. Pérez, F. Pachamé, J. García y S. Perujo. Director técnico: L. Benavídez. Árbitro: Pablo Funes. Goles: I. Costantino (El Linqueño); D. Costantino (San Martín). Fuente: Diario La Posta.
- DANIEL
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